Viajamos desde Siena hasta Montepulciano, y en el camino nos detuvimos en Montecino y Pienza, ciudades famosas por sus vinos tintos y el queso peccorino. El campo de Toscana era hermoso; montañas verdes, cipreses altos alineados a los caminos de los viñedos, y antiguas ciudades amuralladas cada 20 kilómetros, en donde en una se encontraba Montepulciano.Hice que mi padre se detuviera en un lugar donde pudiera obtener una foto del camino mientras nos aproximábamos a la ciudad, ya que estoy segura de que será una imagen definitiva de Luna Nueva. La ciudad se encuentra en la cima de una montaña y mientras los maravillosos tonos naranja, rojo y marrón se mezclan con el verde, todo parece siniestro y amenazador. Pero ese es el punto de los fuertes en las montañas: proteger a los ciudadanos de invasores y lucir amenazadores; y eso es exactamente lo que es Montepulciano. Realmente “refuerza el escenario”.
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gracias a cm
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